El borrador del Plan de Impulso a la Sostenibilidad de Transporte ha generado un manifiesto malestar entre la Federación Valenciana de Empresarios del Transporte y la Logística, que ha expresado su rechazo a las diversas propuestas del plan y en especial con la imposición de un pago por el uso de autopistas y autovías y la incorporación del camión de 44 toneladas y 4,5 metros de altura. Palabras textuales Carlos Prades, presidente de FVET: “Nos sentimos ninguneados e incluso penalizados con estas medidas que se están anunciado, cuando somos un sector clave en la economía, el eslabón imprescindible en la cadena. Actualmente, en España, con la infraestructura que disponemos, el transporte de mercancía terrestre pasa por el camión”.

Desde el Comité Nacional del Transporte de Mercancías por Carretera se ha valorado medidas que entienden favorece al sector, como la regulación de la carga y descarga, mayor persecución de la morosidad mediante una legislación más estricta, o el plan de ayudas destinado para la renovación de flotas de transportistas. Sin embargo, es incomprensible que se lleven a cabo ciertas medidas sin ser consultadas por la FVET, y que tienen como consecuencia el establecimiento de medidas desfavorables en las empresas del sector como el pago por el uso de infraestructuras viarias o la incorporación del camión de 44 toneladas y 4,5 metros de altura.

En relación al pago por la utilización de infraestructuras viarias, como ya se ha citado anteriormente, el Ministerio de Transporte está considerado dicha posibilidad. Desde la Federación consideran que supone un coste abusivo y fuera de lugar que acabará asumiendo el transportista, y que el sector del transporte de mercancías por carretera ya contribuye actualmente vía impuestos a las necesidades de mantenimiento e inversión de infraestructuras viarias y que, solamente con los impuestos derivados del combustible, los transportistas contribuyen al erario público con más de 15 millones de años todos los años.

Los transportistas han manifestado serias dudas respecto a la incorporación de camiones de 44 toneladas y 4,5 metros de altura ya que cuestionan el sostenimiento del sector y el incremento de la competitividad. Según el presidente de la FVET “Pensamos que la modernización y la renovación de la flota son medidas más estratégicas para el sector, que contribuyen a la descarbonización y la reducción de emisiones. Los transportistas estamos haciendo esfuerzos en esta dirección: tal y como recoge el Ministerio de Transportes, en 2019 las nuevas matriculaciones de camiones y furgonetas no dependientes de la gasolina o el gasoil han crecido un 67% con respecto al año anterior”.

El uso de este tipo de vehículos a lo largo de los distintos países europeos en los que actualmente están en vigor, no ha supuesto una mejora en las condiciones económicas del transportista. Las dimensiones de este tipo de vehículos pueden conllevar una serie de implicaciones en relación a la seguridad vial, coste en infraestructuras, así como en las propias empresas transportistas que se verían afectadas en una reducción de puestos de trabajo, añadiendo más inestabilidad si cabe a una situación ya delicada por el impacto de la Covid-19.